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CANCIONES DE AMOR: LUCIA MENDEZ

CANCIONES DE AMOR: LUCIA MENDEZ

Foto: Vale la pena escuchar

SONY BMG. 2006.

Recopilación de 7 d calificación, ya que no incluye Enamorada o Mi amor, amor d su disco d 1983, ni tampoco algunas d su producciones del 85 y 93. Ya con alguna d ellas hubiera hecho perfecto este disco, pero en fin, ustedes juzguen la selección d canciones d amor d Lucía:


1. Don corazón (bien)
2. Corazón de piedra (perfecto, uno d los más grandes éxitos d nuestra Lucía)
3. Atada a nada
4. Culpable o inocente
5. Amor de nadie (perfecta)
6. Nos aburriremos juntos (de pelos)
7. Juntos por costumbre
8. Se me antoja (no podía faltar esta canción clasificación C)
9. La que más te ha querido (sentimental a más no poder)
10. Aguanta corazón
11. Amo todo de ti
12. Romántica

13. Amor con amor se paga
14. Mi último fracaso

Comento que en el otoño d 1991 mis papás y yo fuimos a ver a Lucía al Teatro Blanquita, en la Cd. de México, con su espectáculo familiar Noches de Lucía en el Blanquita, una producción estupenda, donde Lucía cantaba sus éxitos y aparte participaba en un sketch cómico: La Meneada, parodia dl entonces programa d variedad d Verónica Castro, La Movida. Una voz en off le habla por teléfono a Lucía, es la Castro, quien la invita a la Meneada porque le quedaron mal los de la Onda Vaselina, Lucía dice para sí: "Ah, como no pudieron ir esos escuincles me llama a mí", y acepta. Aparece el escenario dl programa, idéntico al orginal, con una perica chismosa y el gorila (personajes que salían en La Movida), la perica entrevistaba a Lucía, sentadas junto con el gorila en un sofá, donde también estaba una silla pequeña, que nadie llegó a utilizar ¿para quién habrá sido ese diminuto lugar? jua, jua, jua.... En esa entrevista la perica con afán d molestar le preguntaba a Lucía cuántas cirugías plásticas se había hecho, Lucía contestaba sin enojar que sí, se operó d la nariz, la misma Lucía se autocriticaba, bien por ella.

Otro buen aspecto d este espectáculo familiar, fue cuando interpretaba Se me antoja, lo hacía recostada en un diván, y al final, los que conocen esta canción saben cómo termina; pues Lucía en este espectáculo omitía ese gemidito final, muy bien por ella, dado que el show que brindaba era familiar cien por ciento, y entre el público casi siempre había niños.

Vale la pena mencionar las estupendas coreografías, sobre todo cuando Lucía interpretaba Un alma en pena, donde no faltaban los fantasmas y personajes macabros.

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